'Pan (Viaje a Nunca Jamás)' - Smells Like Teen Peter Pan
Admito ante cualquier tribunal, ante todo y sobre todo, haber disfrutado como un niño de 'Pan (Viaje a Nunca Jamás)'. Una cinta de aventuras en el más estricto sentido del término, aquel que con desvergüenza y llegado el caso, puede poner en riesgo su propia credibilidad. Por parte de quién suscribe estas líneas, ningún problema: no se trata de un accidente, sino de una grandilocuente voluntad en favor de una noble causa, la de esta especie de versión colorista y un tanto chillona de los 'Piratas del Caribe' en lo que, dejando la evidente de 'Hook (El capitán Garfio)' a un lado, me lleva a una referencia, acertada o no, que no me puedo quitar de la cabeza una vez ha cruzado por delante: 'El Llanero Solitario'.
Sé que para muchos comparar cualquier película con 'El Llanero Solitario' equivale a una advertencia (que nunca acabé de entender). No me incluyo entre esos muchos, como tampoco me incluyo entre los muchos que, supongo, odiarán 'Pan (Viaje a Nunca Jamás)' por razones espiritualmente afines: ambas comparten un similar gusto por la aventura con tintes grotescos, un cierto desaire por la lógica narrativa y unas escenas de acción que rozan lo esperpéntico. Todo ello con un trazo grueso muy a lo Capitán Harlock que, sin embargo, no choca con los aires netamente clasicistas de la puesta en escena de sus respectivos responsables, un Joe Wright que al igual que Gore Verbinski goza de un exquisito orgullo todoterreno.
Wright es, junto al estupendo acompañamiento musical de John Powell, el principal baluarte de esta película que, junto a 'Mad Max: Furia en la carretera' o 'El destino de Júpiter', demuestran que no todo está perdido en el cine de gran presupuesto (las tres, por cierto, cortesía de Warner Bros.). Más o menos logradas, las tres conjugan el gran espectáculo con la gamberrada de un autor que, a pesar de contar con más de 1.000 planos de efectos especiales, siempre está mirando hacia el patio de butacas. A la cinta de los hermanos Wachowski le une la falta de tiempo para dar forma (y tal vez sentido) a su mundo, a la de Miller esa pura determinación por vertebrar su discurso (y darle sentido) sobre la acción.
Más allá de referentes tan caprichosos y un tanto cogidos por los pelos -lo admito-, lo que cuenta en el nuevo filme de Joe Wright es el sentimiento aventurero que, heredado de filmes como 'Los vikingos' de Richard Fleischer, recorre sus fotogramas de principio a fin. Se trata, en suma, de una simple gran aventura actualizada que, en la misma línea que el mencionado 'Hook (El capitán Garfio)', aprovecha los honores hollywoodienses para vestirse de lujosa fábula fantástica y alejarse, así, de las convenciones de la realidad. Esto es, abrazando su excentricidad como seña de identidad y marcando distancias, con bravuconería, con aquellas cintas que se hace evidente han sido encorsetadas por los "hombres de negro".
'Pan (Viaje a Nunca Jamás)' no deja de contar con un trazado vamos a llamar tradicional al que Wright retuerce, de la misma manera que ya hizo en 'Hanna' con las cintas de acción. Esta "extravagancia" a lo Tim Burton en ocasiones tan forzada -particularmente notable en los piratas Hugh Jackman y Garrett Hedlund- define a una cinta que, como corresponde a una voluntad marchosa, presenta una apuesta decidida, valiente, orgullosa, también arriesgada o volátil, pero sobre todo alternativa y con un índice de personalidad considerable difícil de predecir. ¿Qué esperar de lo que puede ser disfrutado y rechazado a partes iguales, como niños, usando un mismo argumento tanto a favor como en contra? ¿Eh?
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Le doy un 4.
Cualquier tiempo pasado fue mejor. Nota: 5,5.
PD: La banda sonora está muy, muuuuuuuuuuuuy por encima de la propia película.
4
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