Lo de Woody Allen tiene ya tanto de costumbre como a la vez, de rutina. Sea un prejuicio ya establecido por inercia o impulsado por la realidad: La que señala a 'Irrational Man' como "otra más" en la filmografía de un cineasta que no lo olvidemos, ronda los 50 títulos. No todas pueden ser 'Annie Hall', 'Misterioso asesinato en Manhattan' o 'Match Point'.

Agradable, entretenida y ocasionalmente chispeante según las normas de la casa, si bien, al mismo tiempo, de una escasa transcendencia lastrada por la evidente (y molesta) sensación de ser un título planteado y resuelto sin ambición alguna; un título de compromiso, anecdótico.

No cabe duda que Allen sabe perfilar sobre el papel argumentos, situaciones, diálogos y personajes con una viveza que no está al alcance de cualquiera. Pero también, que la autoimpuesta necesidad de tener que hacer una película anual parece impedirle a menudo concretar, redondear o rematar la faena. Como sin ir más lejos es el caso de esta 'Irrational Man'.

Por valer, puede valer ante los menos exigentes como un agradable, entretenido y ocasionalmente chispeante pasatiempo inofensivo y pasajero; más, se echa en falta un mayor empaque; no tanto en el resultado final, como en la falta de ambición de una propuesta tan complaciente.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex