De ser conocido como el hijo de Anthony Perkins a ser conocido como el director de 'Longlegs'. Sin embargo 'Keeper' no se parece en nada a esta película, de la misma forma que tampoco se parece a 'The Monkey'. Tres películas en año y medio, tres películas tan diferentes en apenas año y medio. Eso como mínimo hay que reconocérselo a Osgood Perkins.

Su tercera película (en año y medio) tiene más en común con 'Together' que con sus dos anteriores trabajos. Una pareja, una casa aislada, el logo de Neon, un tercer personaje discrepante... y algo que flota en el ambiente que podría o podría no ser amor. Aunque más allá de posibles parecidos no especialmente razonables, más bien hablo de resultados.

Porque al igual que la ópera prima de Michael Shanks, 'Keeper' es una idea a que le falta el empaque, la profundidad o la fuerza suficientes para funcionar como una película hecha y derecha. Una idea plasmada con indudable atractivo y personalidad por Perkins, y que aguanta bien en pantalla gracias también a la entregada labor de Tatiana Maslany.

Aguanta bien, aunque más por incómoda curiosidad que por ferviente intriga. Hasta que, como se suele decir, llega el momento de la verdad: El momento de darle la vuelta a las cartas. Y la absoluta indiferencia se precipita tras un tercer acto además poco climático que, por resumir, confirma que se trata de lo dicho: Una idea, no tanto de una película.

El tan temido "meh" como un punto y final que condena a cualquier filme

Una película curiosa gracias a la labor combinada de Perkins y Maslany que como película en sí misma, se queda corta como algo más que una película curiosidad con una justificación desarrollada a partir de una idea  a la vera de una idea , incluso elegante cuyo "intríngulis" no obstante es recibido con un "meh"