'La vida de Chuck' - LeChuck

La última película de Mike Flanagan no es una excepción: Al igual que lo vienen a ser casi todas las anteriores, es una fallida obra repleta de buenas intenciones. Ese sempiterno "le falta algo" que a menudo no somos capaces de concretar, siendo 'La vida de Chuck' una película "interesante" sobre el papel cuyo arriesgado y valiente planteamiento se encuentra con una ejecución desigual y discontinua.
'La vida de Chuck' está formada por tres historias que en realidad son solo una que, a su vez, pueden ser las de muchas otras personas. "¿Quién es Chuck?" se preguntan Chiwetel Ejiofor y Karen Gillan en la primera mientras que en la segunda Tom Hiddleston le pone cara. "¿Quién será Chuck?" se pregunta Mark Hammill en la tercera y última que, en realidad, en orden cronológico, sería la primera.
Cuesta hacerse a esta película vagamente fantástica y de género fluido pautada de manera tan clara y a la vez esquiva. Aunque poco a poco va adquiriendo sentido como un retrato melancólico sobre la existencia humana, la importancia de las cosas sencillas, vivir el momento y ese tipo de mierdas. Un melodrama reflexivo y sermonario con una peligrosa e incómoda afición por la pompa y la cursilería.
Algo por otro lado habitual en el cine de Flanagan.
'La vida de Chuck' parece demasiado a menudo que se está autoconvenciendo de su propia naturaleza íntima, subrayada y remarcada con una voz en off que denota poca confianza, tanto en sí misma como en el espectador. Un espectador al que indudablemente se le pide dar un salto de fe, cosa que no es fácil debido a su sentimentalismo sobrexplicado, a su intermitencia tonal y a su narrativa fragmentada.
Y es que la película es mucho más estimulante como concepto que como película. El concepto está por encima de una película que nunca termina de acreditarla. Una película algo dispersa, sosa por momentos, carente de rasmia y de discreta puesta en escena cuya estructura en tres episodios a la inversa la dota de fundamento, pero también crea una barrera que Flanagan no acierta a derribar.
Algo que se magnifica cuando tras una primera parte intrigante y una segunda vibrante, 'La vida de Chuck' encalla en un tercer acto algo tedioso. Un desenlace en el que se desinfla considerablemente, resolviendo las dudas que deja su visionado en contra. Un visionado al que le falta fluidez, así como algun activo homogeneizador que no la convierta en un curioso pero fallido capricho sentimentaloide.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


