Man-suquiere recuperar su vida. Y hará lo que sea para conseguirlo. 

'No hay otra opción' trata de una víctima tranquila y común de la reducción de personal corporativa que reacciona de la manera más extraordinaria. Man-su sabe que se le acaba el tiempo, y creyendo que solo hay una manera de ganarse el único trabajo que tiene la oportunidad de conseguir, emprende un camino del que no puede haber vuelta atrás... 

A estas alturas de la vida la elegancia y clase como cineasta de Park Chan-Wook, conocido desde hace más de 20 años como "el de Old Boy", está fuera de toda duda. Su última película es una comedia muy negra filmada con el exquisito y avieso gusto habitual del cineasta coreano responsable de entre otras, sí, por supuesto, el 'Old Boy' de 2003.

También, una ácida crítica a la sociedad moderna, definida por el materialismo, el individualismo, el corporativismo, la hipocresía o la falta de empatía. Una sátira con sabor a thriller que parece más propicia para alguien como Bong Joon-ho que para Park, con 'Parásitos' como el referente favorito, y tal vez como el único conocido de Occidente.

Y es que a pesar de desarrollar la historia con mucho mimo o acertar con un tono algo esquivo y amoral (y con ello incómodo), Park no termina ni de exprimir el provecho ni de afilarle la punta de una forma que a efectos prácticos, pueda resultar de alguna manera impactante. Como sin ir más lejos lo era... si, por supuesto, el 'Parásitos' de 2019.

Algo que provoca que sus dos horas (y pico) de metraje, si bien fluyen y entran con la elegancia habitual de Park, no causen el pretendido revuelo, toda vez que se siente tan ambigua como algo tullida y relativamente inconclusa, y con un componente satírico que tal vez peque de ser demasiado apropiado, ventajista y en última instancia, indulgente.  

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

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