No me convenció 'Crudo'; no me convenció 'Titane'. No es extraño que tampoco me haya convencido la tercera película de Julia Ducournau, cineasta diría que desesperada y onmibulada por llamar la atención. 

'Alpha' es un (sencillo) melodrama familiar disfrazado de thriller psicológico sobre drogadicción y la paranoia post-Covid, sobre las relaciones familiares y la necesidad de amar y ser amado hinchado por una cineasta con ganas, lo dicho, de darse pompa. De regodearse no en la historia, sino en un ansia narcisista por provocar que se impone, casi por norma y necesidad, a una narración herida "de gravedad".

La de su rebaba estridente, de impostada intensidad y caprichosamente rimbombante que a pesar de las sentidas interpretaciones de Tahar Rahim y Golshifteh Farahani, no se siente para nada natural. Esto es, 'Alpha' es un artificio cegado, distraído por su autoría y de reducido impacto que recurre a su autoinducido parentesco con "el horror corporal" para adquirir algo "de encanto".

No me convenció 'Crudo'; no me convenció 'Titane'. Tampoco lo ha hecho 'Alpha', tercera película de una Julia Ducournau que parece tener claro que el cine está al servicio (o a merced) de los directores, y no al revés.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex