'Los 4 Fantásticos: Primeros pasos' - La quinta

La quinta película sobre los "Cuatro Fantásticos" comienza de igual manera que el último 'Superman': dando por sentado que, aunque sólo sea por las películas anteriores, ya sabes, a grandes rasgos, quiénes son sus protagonistas. De ahí que la introducción sea más bien corta. No tan directa y contundente como en la película de James Gunn, pero al menos funciona como escena precréditos para entrar en calor. Y sirve para que la película pueda ir al grano.
Algo que se agracede a estas alturas. Superhéroes. Marvel. Hollywood. Las historias de orígenes suelen ser interesante. De hecho, a menudo suelen ser lo más interesante. Pero ya les conocemos, y ya nos conocemos. Algo que sigue siendo una losa para un MCU que en este 2025 sigue sin brillar. No al menos como lo llegó a hacer en un momento dado, siendo esta última entrega una evidencia más de su estancamiento, que no de su declive.
Su descafeinado estancamiento entre medias de películas como la pobre 'Capitán América: Brave New World' o la solvente 'Thunderbolts*' que fallan a la hora de sentirse especiales; tanto por sí mismas como por un legado que, al igual que puede suceder con Pixar, se ha erigido en una suerte de villano intangible con el que es muy difícil enfrentarse. Llevamos años con ello, prácticamente los seis que han transcurrido desde 'Vengadores: Endgame'.
Ni sí, ni no, sino todo lo contrario. El hecho de formar parte de una narrativa tan grande no deja de darle a 'Los 4 Fantásticos: Primeros pasos' ese mismo cariz efímero que tienen la mayoría de los episodios del MCU: Pequeños pasos hacia el final de temporada en busca de otro Vengadores, reuníos. Ya les conocemos, y ya nos conocemos. Y aunque pasen cosas, no parece que pasen grandes cosas, ni que estas sean especialmente relevantes o significativas.
Lo importante, al fin y al cabo, es la postcréditos y lo que vendrá después (dijo él fingiendo cara de sorpresa al pensar en Robert Downey Jr.). El pasito a pasito hacia un nuevo gran evento edificado a partir de pequeños esbozos que a decir verdad no importan demasiado. Porque no dejan de ser lo que son, pelis de superhéroes, y al final todo se reduce mayormente a la hora de las tortas, el mal no compensa y los efectos especiales (no siempre de calidad).
Lo que ha hecho siempre Marvel con mayor o menor fortuna, por más que ahora nuestra cabeza parezca querer convencernos de que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor. Por ejemplo, 'Los 4 Fantásticos: Primeros pasos' es bastante mejor que 'Capitán América: Brave New World' y aunque no tan fluida, igual de sólida que 'Thunderbolts*'. No deja de ser lo que Marvel ha hecho siempre, ya sea con mayor o menor... pasión o alegría.
La pasión y la alegría de las que carece un filme a la postre demasiado correcto, formal y modoso; incluso calculado y convencional, en una falta de sorpresa que, no obstante, casa con la higiénica e impersonal mesura sin riesgo de un universo cuyas películas tienen, de un tiempo a esta parte, un grave problema: parecen haber olvidado divertirse y disfrutar de sí mismas. Como si después de todo el Comediante tuviera razón. Como si la broma no tuviera gracia.
Puede que 'Los 4 Fantásticos: Primeros pasos' sea mejor que las de 2005 y 2007. O que al menos no sea tan chusca, tenga mejor porte y un acabado más fino. Es una película más solemne, seria y adulta. Pero aquellas se divirtieron, y aunque fuera de aquellas maneras no tan distinguidas, nos divirtieron con la misma humildad con la que fueron concebidas. Como también lo hacían 'Los Increíbles 2' y Jack-Jack sin perder la compostura y la dignidad.
Sin embargo, a la quinta película sobre los "Cuatro Fantásticos" le atenaza el miedo a descarrilar, en lo que bien podría ser la contenida antítesis de un 'Superman' con el que comparte estreno y un mismo espíritu retro clásico, campy y naíf. No es por comparar, pero mientras James Gunn se expone y se divierte Matt Shakman, como heraldo de Kevin Feige, se protege y se esconde. Se conforma con cumplir con buena letra (y muy poca sangre).
Así, 'Los 4 Fantásticos: Primeros pasos' se recuesta en un cómodo término medio discreto, conservador y de buena presencia tan digno, aseado y distraído como poco sorprendente, estimulante y/o emocionante. Ni se moja, ni entra a matar. El capítulo semanal de una serie que se reserva para sus finales de temporada, si bien, ahora que llueve sobre mojado, bajo la creciente duda de si acabarán convirtiéndose en los villanos de su propio relato.
La de 2015 sigue siendo, por lo tanto, aun con todo, la más... interesante.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex





Ya ves cineasta, al final te hice caso,...
Fuera bromas y como te comenté, puedo ir muy influenciado negativamente a cualquier experiencia que, como me demuestre lo contrario, seré el primero en reconocerlo. Ojalá siempre tuviera que desdecirme.
Entrando en materia, me he encontrado con una propuesta muy equilibrada en todos los aspectos. A lo que comenta Nixen09, por ejemplo, de la falta de contar su origen, en este caso no me ha supuesto un gran problema, ninguno vaya, por una sencilla razón...con Pedro Pascal, Ebon Moss-Bachrach y Vanessa Kirby he conectado inmediatamente, no así con Joseph Quinn al que no tengo localizado y que sinceramente no me ha dejado mucho poso.
Pedro Pascal es un actor dramático de primer nivel y lo demuestra en cada una de sus apariciones lo que en esta ocasión dota a Mr. Fantástico de una capa extra de madurez, brillantez y cierto pesimismo que compensa, en gran medida, el no ver en pantalla su origen lo que redunda en tener más tiempo para desarrollar la historia actual y a sus personajes en ella. Por otra parte, también entiendo a Nixen09 y que este apartado concreto le haya perjudicado en su experiencia porque media hora o veinte minutos más contando los orígenes, pienso, que sí la hubiera beneficiado aunque a mí no me haya afectado.
Con Ebon Moss-Bachrach llevo una relación idílica de varias temporadas en The Bear y su sola presencia, aunque efímera y que desconocía, hizo que se me dibujara una gran sonrisa a pesar de que su aportación haya sido tan gratificante como anecdótica. Particularmente, hubiera preferido que fuera la antorcha humana para poder disfrutar de su interpretación pero le tocó el papel de uno de los personajes que menos me ha seducido por la presencia casi constante de su alter ego, La Cosa y al que tampoco se le ha dado un peso demasiado específico sino más bien genérico.
Llegamos al caso más curioso, el de Vanessa Kirby. Por fin he podido sacarme la espina de Napoleón, porque allí la vi un potencial terrible totalmente desaprovechado y aquí me ha confirmado que no andaba muy desencaminado. Y es que Kirby es otra fenomenal actriz que sabe dar un toque más que interesante a sus papeles gracias a su sibilina y dura expresión dando la perfecta réplica a Pascal y conformando una pareja de lo más efectiva y atractiva.
En cuanto a Joseph Quinn, la conexión ha sido menor no llegando a ver nada realmente destacable en su papel con lo que tenemos un empate aunque la balanza se incline claramente hacia Kirby y Pascal ya que, bajo mi punto de vista, son los que llevan prácticamente todo el peso de la película junto con Franklin.
Bueno y casi me olvido de Franklin, con un papel secundario que me deparó uno de los mejores momentos de la experiencia y que me trasladó a otra época cuando todavía se podía ir a la sala con ciertas garantías de, por lo menos, pasar un buen rato. Sí, el chiquitajo hace algo destacable, mantenernos con la incógnita hasta el final.
En lo referente a la historia y no siendo aficionado a los 4 Fantásticos me ha parecido sólida, coherente y sin casos demasiado flagrantes de incompetencia guionística y como bien apunta Myers, sin subestimar al espectador ganando, de paso, todos, jóvenes y no tan jóvenes, en el proceso.
La banda sonora sí que me ha parecido destacable con varios momentos donde la sincronía y armonía de la misma con la acción eran casi perfectas elevando algunos momentos al ya casi olvidado hoy altar de los grandes momentos.
En definitiva, una propuesta familiar, que no infantil, con un gran equilibrio entre acción y drama y que posiblemente nos haga pasar, como poco, un buen rato incluso sin ser aficionado a los superhéroes porque también funciona de ese modo.
Por cierto, como ya han comentado mis compañeros, hay escena post créditos que hay que ver sí o sí.
Un 8.
No me siento aludido...
Y aunque en Gladiator II, estuvo mejor, tampoco me cautivó. Quizá el tiempo nos quite la razón, ojalá.
Empecemos con lo positivo, la BSO de Giacchino es espectacular. Muy muy buena. Acompaña perfectamente a las imágenes y tiene mucha personalidad. Orquesta completa, el tema de los 4 fantásticos, cortito y retentivo, parece sacado de un anuncio de los años 60.
Ojalá el resto de la película tuviese la misma personalidad, el mismo carácter que Giacchino. El mensaje, manido y repetido, la historia parece escrita casi por comité. Con momentos para que 3 de los 4 brillen, Ben no brilla en ningún momento. Más ocupado en el Mcguffin de los Vengadores que en esta historia en sí.
En cuanto a los efectos... el bebé es ridículo me sacó de la película en alguna ocasión, y los efectos sobre Pedro Pascal cuando se estira... diría que a la altura de los de 2004. Y hace 20 años de aquello. En aquella época hubiesen sido la leche, hoy en día no tanto.
Es entretenida? Sí, mejor que muchas de las últimas de Marvel (no he visto Thunderbolts). Son los primeros pasos en la buena dirección, pero no es suficiente para reinar en el ámbito de superhéroes. No es cuestión de chapa y pintura. Tengo la sensación de que me voy a olvidar de ella más pronto que tarde.
Después del batacazo emocional que supuso el último intento de revitalizar al hombre de acero, esta nueva versión de los cuatro fantásticos supone una vuelta refrescante al cine comiquero más sencillo y disfrutable. No busca reinventar la rueda ni complicarse con tramas enrevesadas, sino recuperar ese tono sencillo, cercano y con corazón que parecía un poco perdido últimamente.
Además, hay un respeto por los personajes que se nota, con buena química entre ellos y momentos para cada uno, especialmente para Vanessa Kirby, que se sale. Todo esto se enmarca en una ambientación muy currada y original, que mezcla un rollo sesentero con toques futuristas, dándole un aire nostálgico y familiar que mola un montón.
Esta vez la peli va más por libre, sin estar pendiente de conectar con otros universos o prometer spin-offs, algo que a veces se agradece porque permite que la historia respire y que cada miembro del cuarteto brille por sí mismo. En ese sentido, recuerda al espíritu de las primeras pelis del MCU, como Iron Man, Capitán América o Thor, sencillas y disfrutables.
Meter a un villano de la talla de Galactus era una jugada arriesgada, y aunque en la película no tiene mucho tiempo para desarrollarlo en profundidad, aquí sale más que bien parado. Su presencia impone y se siente una amenaza real. Por otro lado tenemos a un Silver Surfer cambiado, y aunque arriesgado, sorprende para bien y aporta una energía y profundidad inesperadas que elevan varios momentos importantes de la película.
En la banda sonora tenemos a mi querido Michael Giacchino, que nos regala justo lo que se espera normalmente en estas pelis: música poderosa, fanfarrica, melódica y llena de vida, que te mete en la peli y emociona cuando toca. Con un tema principal realmente inspirado, que incluye un estribillo coral que ensalza al cuarteto y que se me va a quedar grabado en la cabeza para siempre. La verdad es que menos mal que contamos con gente como Giacchino, que es de las pocas luces que tenemos en este pésimo panorama actual de las bandas sonoras.
Eso sí, no todo es perfecto claro: a veces la peli va un poco justa de tiempo, algunos secundarios están de relleno, la trama de La Cosa se queda un poco a medias, y se echa en falta un poco más de riesgo. Pero oye, hay cariño, ritmo y diversión; ya es más de lo que solemos ver últimamente.
Spoiler
PD: El que se queja del bebé que no vea la última temporada de El juego del calamar ni The Flash. Va a tener pesadillas durante mucho tiempo