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'Relic' - El mal como encarnación del mal

Vía El Séptimo Arte por 12 de marzo de 2021
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'Relic' es una película de terror que al igual que producciones como 'Babadook' o 'It Follows', utiliza "ese terror" como apariencia de un subtexto que canaliza una reflexión potencialmente mucho más terrorífica que un par de sustos pasajeros, aunque sólo sea por su certeza manifiesta. Esto es, al igual que las dos películas citadas, 'Relic' usa la figura de una mal que no existe como encarnación de un mal que sí existe.

Que existe, pero que es tan difícil de ver como de reparar en él si no se sufre. O hasta que no se sufre. 'Relic' es una metáfora que trata de ponernos en el lugar de una madre, su hija y su nieta a través de los recursos habituales del género de terror. Una inquietud genérica que enmascara una inquietud dramática. Hay dos películas en 'Relic', superpuestas para que una alimente y de volumen a la otra, y así con todo.

Y es algo que siempre resulta interesante y apreciable, aunque como en este caso la unión de ambas películas, la apariencia y su interpretación, no esté del todo lograda. O más bien, del todo ajustada. No es fácil contentar a todo el mundo con una película de vocación dramática pero apariencia efectista, ni mucho menos unir todos los hilos para que el conjunto no se deshilache en cuanto la emoción deja paso a la razón.

Precisamente, el problema de 'Relic' es que no acaba de apostar decididamente por ninguna de esas dos películas creando una serie de discrepancias entre ellas. Detalles sueltos y pretendidamente ambiguos que no acaban de encontrar su correspondencia "al otro lado". El enmascaramiento de una película hacia la otra no siempre actúa como tal, dejando al descubierto la gratuidad con la que su tesis ha sido completada.

Su tesis. Propia y no regalada. La de la realizadora Natalie Erika James en su ópera prima, a quien sólo podemos achacar que se pase un poco de frenada y asuma como propia parte de esa demencia que enmarca con su cámara. Un exceso que rompe la magia y revela su condición de juego de espejos, aunque no por ello los méritos de un filme bien construido, planteado y actuado que cuando funciona, lo hace a las mil maravillas.

Capaz, incluso, de sobreponerse a todas sus carencias con su poderoso plano final.


Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


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