"Hay al menos dos cosas que están mal en ese título", comentaba Nelson al salir del cine tras ver 'El almuerzo desnudo' junto a Bart y Milhouse.

Lo mismo podríamos decir de 'Un gran viaje atrevido y maravilloso', siendo que no por casualidad pensé en aquella frase de 'Los Simpson' al salir del cine de ver la tercera película de Kogonoda. La primera fue 'Columbus', de la que sólo recuerdo a John Cho y Haley Lu Richardson dando vueltas y hablando sobre la vida y ese tipo de cosas. De hecho, esa era la película si mal no recuerdo: John Cho y Haley Lu Richardson, dando vueltas y hablando sobre la vida y ese tipo de cosas.

'Un gran viaje atrevido y maravilloso' tiene un planteamiento similar, con Colin Farrell y Margot Robbie también dando vueltas y hablando sobre la vida. Todo ello enfocado con un cariz mucho más romántico y fantástico. No hablan, sino que flirtean; y no dan vueltas, sino que van de puerta en puerta recorriendo momentos pasados de sus respectivas vidas. ¿Cómo? Cosas de esas que pasan en las películas. Cosas de esas que pasan, sin más explicación que "la magia del cine".  

No tiene por qué tenerla, menos aún cuando se trata de un filme como 'Un gran viaje atrevido y maravilloso'. Un filme en el que hay que creer para que funcione... dentro de las limitaciones de un filme, clara e irremediablemente romántico en el que hay que creer no ya sólo para que funcione, sino también para que no se nos haga bola. Una posibilidad muy real por cuanto ya estemos más o menos predispuestos, se trata de una película desatinada en cuerpo y alma.

Una película meridianamente franca, clara y obvia, y que va tan descaradamente de frente, que casi parece lo más normal que acabe partiéndose la cara. Una película que no empieza nada mal, pero que a medida que avanza no puede compensar la deriva sentimentaloide y romanticona de un relato, en parte devorado y lastrado por su propia franqueza y obviedad. No porque no haya ninguna sorpresa, sino porque esta no está envuelta en la necesaria "magia del cine".

Colin Farrell y Margot Robbie hacen buena pareja, y de hecho son en gran medida los responsables de que aguantar hasta el final no sea difícil; algo pesado, pero no difícil. Pero al igual que en 'Despidiendo a Yang', Kogonada se muestra un tanto oprimido por los medios a su disposición. En 'Columbus' le bastó con dos personajes andando y hablando, mientras que 'Un gran viaje atrevido y maravilloso' parece una suerte de remake reducido a la parafernalia material.

Un remake hinchado, rebozado con una pompa dispersa y desmedida no bien encauzada a favor de una experiencia humana, sentimental o cercana que pueda entrar con la misma facilidad que una persona cruza por una puerta. Hay, recuerden, al menos dos cosas que están mal en su título: No es grande, no es atrevido... ni tampoco es maravilloso. Quizá sea precisamente ese problema: Que hay al menos dos cosas en su título que nos quieren hacer creer lo que no es.

O más bien lo que no llega a ser una película, en la que hay que creer para que funcione, que no nos da motivos para tener fe. Una película incapaz, a la postre, de transmitir "esa magia" que posee el cine como para que cuele una premisa como la de 'Un gran viaje atrevido y maravilloso'. Colin Farrell cuela; Margot Robbie cuela; pero a la película le falta todo aquello que hizo que funcionase 'Columbus' sin necesidad de pretender y/o aparentar ser grande, atrevida... o maravillosa.

Porque a veces las cosas pueden ser tan sencillas como dos personas dando vueltas y hablando sobre la vida (o el amor).

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

 

'Despidiendo a Yang' - Medio medio