Nunca es una buena señal que cuando entras a ver una película, sea bajo la condición de firmar un embargo hasta el mismo día de su estreno. Los embargos son habituales, no tanto que lo sean hasta el mismo día de su puesta de largo. Es, lo han adivinado, el caso de 'Las delicias del jardín', película que un servidor comenzó a ver con la mosca detrás de la oreja.

No quiero sonar cruel, ofensivo o desagradable. Pero puede que suene una de las tres cosas. O las tres cosas. No es con mala intención, como entiendo que también Fernando Colomo ha hecho esta película sin mala intención... tampoco con ganas, siendo "otra" de un director al que después de revisar su filmografía, la consideración de cineasta se le queda un tanto grande.

Ciertamente, estaba confundido. Y el nombre de Colomo me suscitaba, no sé por qué, alguna expectativa. Supongo que la buena impresión que me dejó 'La tribu' tiene la culpa. Porque aunque me hiciera reir, lo admito, ya con 'Antes de la quema' dejé por escrito que al igual que otros ilustres jubilados en activo de su misma quinta, Colomo rodaba por inercia... o por rutina.

Como aquel que hace pan con la rutina desapasionada del que lleva haciendo el mismo pan durante 50 años. Un pan que salvo en contadas ocasiones en verdad nunca ha sido nada del otro mundo. Se podía comer, y le ha dado de comer. Imagínese un futbolista que nunca ha destacado con más de 40 años. Colombo tiene 79 años. Imagínese a ese mismo futbolista con 79 años....

No quiero sonar cruel, ofensivo o desagradable... pero es que 'Las delicias del jardín' apenas si alcanza la consideración de vídeo doméstico de finales del siglo XX. Una especie de remedo barato, arcaico y rancio de la peor versión de Woody Allen. Un ejercicio de onanismo autocomplaciente que por poder, podría surgir de una decisión controvertida: Ocultarle la realidad al abuelo.

Y con ello evitarle una desilusión y decepción innecesarios. A él, no al resto.

Repito, no quiero sonar cruel, ofensivo o desagradable... Por decirlo de una manera educada, 'Las delicias del jardín' es la gracieta insulsa, apática e impasible de un jubilado desnaturalizado y fuera de onda. Esa "batallita" que el abuelo te cuenta mientras en tu cabeza, cuando aún eres el joven de la historia, no dejas de pensar lo mucho que quieres curiosear el móvil.

Una "batallita" harto elemental, estéril y macarrónica; tanto que pueda parecer tan improvisada como impostada; tan artificiosa en su naturalidad, como cotidiana en su falsedad. Una película por decirlo de alguna... manera, tan ligera y liviana que no tiene ni gracia ni oficio, tampoco beneficio o chispa; "algo" que nos pueda convencer de que no es un "vídeo de segunda".

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

'Antes de la quema' - A estas alturas, ¿qué más da?

'La tribu' - Sin rodeos