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Capítulo IV: Muchos ''rumbos'' y pocas nueces

Vía Festival de Cine Español de Málaga por 25 de abril de 2016
Rumbos

No hay peor ciego que el que no quiere ver. Y en el reino de los ciegos, el tuerto es el rey. Por aquí el protagonista del día ha sido Miki Esparbé, quién al igual que Jean Marie Dongou le ha tocado hacer doblete. Aunque no haya destacado de manera individual de la misma manera ni haya sido fundamental en la victoria de ninguna de las dos películas... si es que alguna de las dos ha salido realmente victoriosa.

En el caso de 'El rey tuerto', seguro que no. A pesar de un inicio harto prometedor, pronto el filme escrito y dirigido por Marc Crehuet se deja de sutilezas a lo "Dios salvaje" y revela lo que, por desgracia y con la excusa de la crisis, se parece mucho más a una morcilla ideológica de dudosa honestidad. Por no decir más bien nula.

El problema no es tanto un mensaje que, como cualquier otro, es defendible cuando se apoya en una serie de argumentos... sino precisamente la falta de argumentos y de un desarrollo narrativo que doten de credibilidad a la película como tal. La acción salta bruscamente de una escena a otra, de forma tosca y con un trazo tan alevoso y manipulador que las pinceladas de lo que hubiera podido ser quedan enterradas bajo una capa muy gruesa de propaganda populista. Mal vamos.

Mayor credibilidad en su conjunto presenta la bastante más interesante (y bastante menos interesada) 'Rumbos', la cual pone tan a huevo en nuestras cabezas lo de ser una especie de revisión de 'Crash' a la española que no se lo vamos a discutir. Como tampoco vamos a discutir que la segunda película de Manuela Moreno es mucho más película que una ópera prima a la que ahora hace un año sobrevivimos por estas mismas tierras. Poco o nada que ver, siendo que el empate en este caso sería un resultado mucho más merecido sin necesidad de echar mano de un manual de supervivencia.

Por lo pronto, es una película. Pero además también se disfruta como tal a lo largo de un visionado de lo más distraído, aleccionado por su buena apariencia y el buen hacer general de su reparto. Más, como a menudo ocurre con las historias de "vidas cruzadas", el poso final no se corresponde del todo con las buenas sensaciones dejadas por el camino; en parte, porque no se acierta a dar una apariencia homogénea a la suma de relatos; en parte, por la ausencia de un discurso concluyente, dejando tras de sí la sensación relativamente agridulce de ser una solución de compromiso para cinco cortometrajes a los que un largometraje por cabeza les quedaba grande.

Continuará...

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


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