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'El Intercambio': El poder de la verdad destruye imperios de mentiras

Vía El Septimo Arte por 18 de diciembre de 2008

Cuando se habla de películas, se incluye normalmente el género o el tipo, una película de época que cuenta, una de romanos que narra, de ciencia-ficción que nos lleva, western que trata, etc… pero seguro que cada uno de nosotros conoce unas cuantas que a la hora de intentar describir, explicar, contar, no le ponemos ninguno de los anteriores descriptivos. Normalmente contamos solamente de qué va, porque es lo único que se necesita para ver la película, es decir, lo interesante es la historia y esas películas son lo que la mayoría calificamos como las buenas.

¿Y po rqué son buenas? Pues precisamente porque demuestran lo que en definitiva debe de ser el buen cine, un contador de buenas historias. Y no hace falta que la película gane tropecientos Oscar, ni tener un plantel de actores estupendo, ni unos FX grandiosos, lo único que hace falta para incluirla en ese grupo es que la historia sea buena y aún más importante: que esté bien contada (es decir, lo que normalmente denominamos como “que te llegue”). En ese ilustre grupo, que si bien es subjetivo de cada uno y en el que aun así siempre hay unas cuantas en las que todo el mundo coincide, se encuentra El Intercambio.

Si ya de por sí la historia de El Intercambio es contundente, el gran actor y cada vez mejor director Clint Eastwood la eleva para crear el poso que deja en cada uno de nosotros una película como esta. Eastwood parece entender como nadie el brutal sufrimiento de una madre cuyo hijo desaparece y hace gala de un exquisito buen gusto al mostrarnos sin tendencionalismos lacrimógenos la amalgama de sentimientos por los que pasa esta mujer. La baza ganadora en la que se basa Eastwood es no intentar particularizarla, sino todo lo contrario, habla de los sentimientos de UNA madre, con la que el espectador se pueda identificar en todo momento y de hecho lo hace a la perfección.

Uno de los mejores apoyos que tiene Eastwood para ello es Angelina Jolie, en este caso transformada perfectamente en una madre soltera cuyo único objetivo en la vida es sacar adelante a su hijo de la mejor manera posible. Agradable sorpresa la que me he llevado con su interpretación, está sobria y creíble en todo momento creando un personaje soberbio y sin estridencias ni altibajos, intentando que sea el personaje el que hable o sienta y no ella la que interpreta dejando de lado toda esa femineidad que destila por los cuatro costados en todos sus personajes anteriores ( y en su vida pública). Es UNA MADRE, ni debe ser guapa, ni sexy, ni nada de todo eso, es el ser con más capacidad de amar en el mundo y eso es lo único que importa. Os cuento un secreto…. lo consigue.

Todo taburete estable tiene por lo menos 3 apoyos. Si el primero era la historia y el segundo el personaje de Angelina, el tercero es el personaje interpretado por John Malkovich. La interpretación que Malkovich hace de el reverendo Gustav Briegleb nos demuestra que no hay personaje pequeño, sino mal aprovechado (y s ino que se lo digan a Judy Dench o Frances McDormand que en eso son expertas). A este hombre le faltan Oscar, Palmas de Oro, Leones de Oro, Goyas… de todo premio de cine que exista en cualquier parte del mundo, este hombre debería tener dos. La capacidad de cambio que muestra de una escena a otra es tan magnífica que son difíciles de explicar con palabras (de verdad, si podéis verla en V.O. lo entenderéis).

Pero por suerte para nosotros Eastwood no se conforma con un simple taburete de 3 patas, sino que utilizando unos decorados detallistas al milímetro, un elenco de secundarios con personajes de entidad (a destacar el Detective Ybarra, el Capitan J.J. Jones, el…. bueno TODOS) , un tempo que lleva perfectamente la película hasta los 130 minutos de duración sin acusarlo en ningún momento, crea un cómodo sillón en el que disfrutar con el buen cine.

Sin duda alguna y como dije al principio, cuando después de ver esta película alguno de vosotros sea preguntado por ella, seguro que no empezáis diciendo “un drama de los años 20 que trata de una madre..”, sino solamente “la historia de una madre…”

por Bombardero

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