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'Las crónicas de Narnia: La travesía del viajero del alba': Un mar encrespado nunca fue tan plano

Vía El Séptimo Arte por 03 de diciembre de 2010

Tercera entrega la que llega a nuestras pantallas del mundo de fantasía creado en la década de los 50 por C.S. Lewis y del que curiosamente hemos debido esperar 50 años (bueno, yo no tantos, que no soy tan veterano) para ver llevado al cine esta heptalogía de una manera más bien continuada, ya que si bien el primer intento fue en 1979 utilizando la animación, no fue hasta el año 1998 cuando la BBC creyó en su potencial creando en 3 años 3 films menores o de televisión de "El León, la Bruja y el Armario", "El principe Caspian", y "La Silla de Plata" quedándose ahí, cosa que no parece vaya a suceder con esta serie de películas.... o sí.

Todo parece indicar que Fox piensa seguir con la serie, pero como pasa con la actual industria cinematográfica, lo que vendrá después depende en gran medida de lo que pase hoy, es decir, que dependiendo de lo bien que responda la taquilla en esta tercera película, se verá el dinero a invertir en la siguiente y por tanto afectará al tiempo de flmación y a la calidad de la misma. Pero por desgracia para la productora, este tipo de producciones en las que los protagonistas pasan a hacerse reconocibles para el público tiene el problema añadido de que la tardanza en poner en marcha el siguiente proyecto repercute en la edad de esos mismo actores que si primeramente eran niños, ahora empiezan a ser adolescentes y dentro de apenas dos años se habrán convertido en adultos (aunque en este caso, los chicos sólo aparecen en 5 de los 7 libros).

Así que, como la gallina de los huevos de Narnia no hace falta matarla porque simplemente el tiempo se encargará de ello, no les queda más remedio que hacerla trabajar a marchas forzadas para saciar su hambre de taquilla en un segmento infantil que deja un mínimo de dos entradas en caja suponiendo que sólo un papá/mamá acudan con el chiquillo a verla y que en la mayoría de los casos hace que la familia completa acuda junta a "disfrutar" la siguiente epopeya de los Pevensie.

Esto nos lleva al tema que nos ocupa, que no es otro que esta Travesía del viajero del Alba por esos mundos soprendetes llenos de aventuras que cautivaron al público en la primera pelicula que sirvió de presentación y de enganche para esa segunda donde se había aprendido gracias a un tal Peter Jackson que las batallas con criaturas imaginarias eran no sólo posible sino que parecían de lo más real y atractivo para el público y cuando en esta tercera nos ponemos delante de la pantalla para ver como se ha aprendido de todo lo anterior y buscamos que se nos sorprenda ahora con una completa epopeya marina, nos encontramos con un film que mata no sólo las expectativas sino la capacidad de entretener que tiene las dos primeras. Y no es que esta no sea entretenida, no es eso, es que debe serlo para el público para el que fue concebido y precisamente en la sala en la que yo me encontraba, se oían demasiadas voces de niños y no preguntando a papá por algo que ocurre en pantalla sino por cuándo nos vamos, o levantándose cada dos por tres, o golpeando con los pies el asiento de delante. Y todo eso es debido a la palabra más peligrosa en el mundo del cine: ABURRIMIENTO

De acuerdo que no me he leido los libros, y que tal y como imagino, al ser historias infantiles éstas no pueden ser muy complejas, pero eso no significa que en una pantalla de cine la sencillez deba ser tediosa y plana y por desgracia esta travesía se hace cansina en bastantes momentos. Donde yo buscaba las al menos conocidas criaturas extrañas, me encontraba con faunos de pega, un minotauro medio decente pero aislado y una pandilla de criaturas saltarinas que más que simpatía dan lástima, donde anhelaba historias de fantasía y aventuras me asaltaban complicados enigmas de resolución cuasi instantanea y heroicidades de todo a cien. Ni siquiera la aparición de un dragón en pantalla hizo que los infantes pegasen los ojos a la pantalla, tan sólo los efectos especiales de los últimos 20 minutos taparon las vergüenzas de esta floja peripecia en forma de batalla final contra lo único imaginativo que merece la pena ser visto. Lástima que para llegar hasta allí hayamos debido atravesar un mar de olas que no traen nada nuevo y que se empeñan en ser un remanso de calma en lo que se supone es una trepidante película de aventuras para niños.

Esperemos que Fox aprenda de sus errores y no deje languidecer esta saga que no por ser dirigida la público al que va, debe carecer de calidad.

Nota: 4,5 / 10

por David J. Soto

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