'Cruce de caminos': El triste destino del motorista
El motorista, más guapo, apuesto y chulo que nadie, entró por fin en la carpa. El público entró en éxtasis. Las chicas seguían atentas cada paso de su héroe, con los ojos bien abiertos, con la esperanza de que su amor platónico les devolviera la mirada... ni que fuese durante una milésima de segundo. Los chicos también babeaban, tomando buena nota de cada...