'Ángeles del desierto' - Ni oficio ni beneficio

"En la actualidad demasiado a menudo se echa en falta el oficio de cineastas como Martin Campbell. Tanto como también, demasiado a menudo, se suelen echar en falta guiones algo más pulidos que el de 'La protegida', una película que sería muy poca cosa de no ser por la elegancia de la puesta en escena de Martin Campbell. O la solvente presencia de Maggie Q y Michael Keaton, los tres haciendo lo que pueden para aportar glamour y cobrar el cheque sin perder la dignidad por el camino..."
Así comenzaba mi crítica de 'La protegida'. Desde entonces Campbell ha dirigido otras tres películas más: 'La memoria de un asesino', 'Cleaner' y esta 'Ángeles del desierto'. No he visto las dos primeras, pero sí esta tercera... una película que parece confirmar que al aclamado cineasta neozelandés, "uno de los grandes realizadores comerciales de los 90 y principios de los 2000", tal y como se le describe en las notas de prensa, se la empieza a sudar todo ya.
Es inevitable pensar en 'Green Lantern (Linterna verde)', y en cómo marcó un antes y después en la carrera del responsable de presentar (con éxito) a Pierce Brosnan y Daniel Craig como James Bond. Una carrera que claramente a ido a menos, tanto como para que ahora sea inconcebible que se encargue también de introducir al James Bond de Amazon. En 'Ángeles del desierto' ya queda muy poco del oficio de aquel cineasta, en una película insulsa y desangelada.
Una película de acción funcionarial y realizada en punto muerto, sin más pretension que cobrar un cheque por un cineasta que a juzgar por sus últimos trabajos, parece haber arrojado la toalla. Otro Renny Harlin que rueda por mera rutina, porque aún hay quien recuerda su nombre y la jubilación se presenta aburrida. O no hay con qué pagarla. 'Ángeles del desierto' es muy poca cosa, con o sin Martín Campbell, con o sin Eva Green, en una muestra de escaso compromiso y aún menos beneficio.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


