'Del cielo al infierno' - Alguien tiene que pagar

Denzel Washington es el principal protagonista de este remake norteamericano de 'El infierno del odio', uno de tantos clásicos dirigidos por Akira Kurosawa. Un clásico durante cuyo visionado no podía dejar de fijarme en lo muy bien filmado que está, siendo muy consciente en todo momento de los movimientos de la cámara. Un clásico tan elegante... y a la vez algo artificioso. Un clásico no tan orgánico como para no reparar, de vez en cuando, en su condición de película...
Durante buena parte de 'Del cielo al infierno' no he dejado también de reparar en su condición de película. Una película muy diferente a la japonesa sobre la que mediado su metraje no tenía muy claro qué pensar, manteniendo incluso la duda de si se trata de un drama... o de una comedia. Y es que cuesta entrar en 'Del cielo al infierno', una película que por otro lado ni busca ni pretende hacer historia en el cine; que tan siquiera tiene por qué querer ser buena película.
Tiene a Denzel. Tiene a Nueva York. Tiene su música (negra, por supuesto). Y a un Spike Lee que a diferencia de Francis Ford Coppola toma el dinero de los demás. Un Spike Lee que se divierte, quizá sabedor de que su proclama social y política a estas alturas tiene la misma agudeza y convicción que un anuncio de colonias. Al igual que el personaje de Denzel en la película, un gran productor musical muy negro y con muy buen oído que vive en lo alto de su torre de marfil.
'Del cielo al infierno' es sólo una película, y una sola película no cambia el mundo. Lee lo asume con la naturalidad de quien ya no tiene que demostrar nada. Es Spike Lee, y siempre será Spike Lee. Y a diferencia de lo que podría pensarse, no parece importarle particularmente estar o no a la altura de Akira Kurosawa; total, un cineasta japones que rodaba en blanco y negro. Eso no triunfa en Tik Tok, mucho menos entre "su gente". Que de eso se trata.
En el fondo y no tan en el fondo, (casi) siempre se trata de eso. Y por supuesto de reencontrarse con Denzel, y de disfrutar trabajando con su amigo. Un amigo que ciertamente, en términos cinematográficos, es una auténtico tesoro. Una eminencia, que aun en películas como 'Del cielo al infierno' es capaz de brillar. Para los anales de su carrera quedará su rap. Ya sólo por eso la película merece la pena; ya sólo por el desparpajo y fluidez de su vibrante último tercio.
Cuando queda claro que es una de esas películas, plenamente conscientes de sí mismas, que se hacen fuerte en sus deficiencias. Y en su estupidez aparente, lo que de alguna forma la emparenta con esos culebrones turcos tan de moda en la televisión española. Pero con el logo de A24, el dinero de Apple y la buena presencia de Denzel. Todos los caminos conducen a Denzel. Y a una película de apariencia muy seria que poco a poco se descubre juguetona y bromista.
No de forma evidente, no al menos hasta que su último tercio nos confirma que, en resumen, se trata de una película. Y que hacer cine está muy bien, pero que no hay que tomárselo demasiado en serio, que la vida son dos días y hoy en día la gente prefiere "contenido". Así, es como si a 'Del cielo al infierno', me perdonen la expresión, le hubieran sacado la escoba del culo que a menudo tienen las producciones de estudio que buscan hacer carrera en los Oscar.
Una película iconoclasta en la que de vez en cuando aparece una "cortinilla de estrella" a lo Homer Simpson. Porque puede. Porque quiere. Porque sí. Porque es una refinada y elegante chorradeta. Porque tiene a Denzel; tiene a Nueva York; tiene su música (negra, por supuesto); y tiene a un descarado Spike Lee que, en resumen, convierte el 'Rescate' de Ron Howard en un divertimento tan poco solemne pero al final, tan efectivo como un (lujoso) culebrón turco.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
