La ópera prima de Carson Lund se ha convertido en mi segunda película sobre béisbol favorita después de 'Ellas dan el golpe'.

El argumento de 'Eephus' es tan simple, franco y directo como lo es también su desarrollo: Dos equipos de la liga no profesional de béisbol de Nueva Inglaterra se enfrentan por última vez en un viejo campo a punto de ser demolido para construir un instituto. Esa es toda la película, desde que llegan temprano... hasta que se van ya entrada la noche.

No hay más ni menos, en una película coral ambientada en los años 90 que nos recuerda la dimensión intergeneracional y popular del deporte, entendido este como una experiencia social colectiva donde lo importante no es ganar. Bueno, sí, lo es... pero al mismo tiempo, no lo es. Aquel socorrido "lo importante es participar" unido al "yo estuve aquí".

Lund da forma a una película "no deportiva" tan natural como transparente, crepuscular y melancólica con la que cualquier adulto de cierta edad puede sentirse indentificado. El tiempo pasa, nos hacemos mayores y las cosas cambian. Así es la vida, y más nos vale disfrutar mientras se pueda de las cosas que hacen que merezca la pena.

Esto es, 'Eephus' es una de esas películas humildes, sencillas y cotidianas que si bien no parecen gran cosa, brillan, precisamente, por esa misma apariencia de no serlo mientras nos hablan, con suma clarividencia despreocupada, de esos momentos compartidos de nuestras existencias insignificantes que pueden no ser nada, y a la vez, lo pueden ser todo.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex