"Como 'Intocable', pero con hijos de puta".

Con esta frase se definía 'Amigo', película en la que tras un grave accidente, un tal David decidía acoger y cuidar en su casa a su mejor amigo, un tal Javi. Sin embargo, las rencillas entre ambos no tardaban en aflorar poniendo en evidencia una relación envenenada y homicida, más cercana a la locura que a la amistad que aparentaban (y creían) mantener...

'Enemigos' cuenta una historia (de redención) a mitad de camino de la una y de la otra. Es, ciertamente, como 'Intocable', pero con dos chicos de barrio, acosado y acosador, que después de todo no es tan hijo de puta (como sí lo es su padre); es, a su vez, una suerte de '¿Qué fue de Baby Jane?'... pero a la inversa, despojado de mala conciencia y reformulado como un entretenimiento melodramático menos sórdido y retorcido.

También, más artificioso y complaciente, más populista y alentador que la obra maestra de Robert Aldrich. Porque 'Enemigos', al igual que 'Intocable', no deja de ser una película de dudosa verosimilitud que no pretende abofetear al espectador, sino tenderle la mano. El personaje de Estefanía de los Santos lo resume muy bien: "Devolver el daño sólo hace ensuciarte más, y vivir sucio no está bien". El incorruptible mantra de 'Enemigos'.

Una suerte de versión cani de 'Intocable', en una asociación no sé si tan forzada como lo está la propia película: Un retrato conveniente y superficial no tan buenrollista como el de Eric Toledano y Olivier Nakache, pero a su manera igual de honesto, eficiente y sobre todo, resultón. Tan resultón como lo podía ser por ejemplo el de 'Dioses y perros', película que títulos autóctonos y de barrio como 'Enemigos' me suelen tener a bien recordar.

Sospecho que el recuerdo de 'Enemigos' se me enquistará en la cabeza de igual forma. Porque al igual que aquella es un bonito y ágil posado fílmico, muy de cara a la galería y poco realista donde en todo momento descubrimos al director David Valero forzando la máquina. Algo que no obstante le funciona de igual modo que a David Marqués o a Toledano y Nakache. Porque hablamos de cine, no de un puto cursillo de sensibilización.

Si, se trata de sensibilizar. Pero no de dar la murga. De entretener, no de dar la brasa. 'Enemigos' no es otro drama social de mierda sobre lo puta que es la vida. Bueno, sí lo es... pero empaquetado como si no por casualidad fuera hip hop. Porque a través de la música, el rap y/o una buena rima hasta lo más puto entra mejor y más suave. Que se lo digan a los Monty Python y a su crucifixión al ritmo de "Always look on the bright side of life".

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex