Una "película" tan actual (o inmediata) que, estoy seguro, casi convencido al 95,2% que no se la valora tanto por lo poquita cosa que en realidad es como película... como por lo que representa, suscita y/o evoca; o más bien, por lo que puede llegar a representar, suscitar y/o evocar en el politizado, beligerante, radicalizado y monocromatico contexto actual (para ciertas personas).

Aunque no por méritos propios.

Porque 'La voz de Hind' no se trata de la "película" que desde fuera podría aparentar que es, incluso que en un momento dado podría haber llegado a ser... pero que sin embargo no es, ni tampoco pretende ser, ni sobre todo apenas se molesta en disimular que no lo es. Es una falsa dramatización que recurre a audios e imágenes reales, incluso a un epílogo que destroza la cuarta pared.

Porque 'La voz de Hind' es una recreación muy básica y plana, rudimentaria y tosca, obviamente interesada y manipuladoramente premeditada que apenas se molesta en disimular su condición de "gato por liebre"; es como el que te ponía esos macabros vídeos de pollitos siendo triturados de forma atroz para que te hicieras vegano, sin más argumento que los pobres pollitos. De por sí.

Sin dignarse a dar forma al correspondiente marco dramático que requiere toda ficción, incluso aún más si cabe cuando se trata de hechos reales. ¿Para qué? Para que nos importe en sí misma, como algo más que una obviedad unidimensional cuyo único argumento es la irrefutabilidad de no tener que necesitar ningún argumento. Porque lo que es, es. Más claro, agua. 

Lejos y muy grandes le quedan posibles referentes como 'The Guilty', en lo que por más que como un grito de denuncia (o de auxilio) puede ser comprensible, como "película" se antoja muy pobre, grotesca e incluso vil. Por méritos propios. Como aquel político que se queja de lo politizado que está un organismo, para acto seguido defender la politización del mismo por su parte. Porque sí.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex