Noviembre siempre significó cine en Sevilla. La XIII edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla comenzaba este viernes 4, en uno de los años con más apetito en cuanto a títulos, personalidades y, este por encima de todo, público se refiere. El inicio del fin de semana trae consigo la apertura del evento más esperado por todos los sevillanos amantes del séptimo arte, y aunque su primer día sea uno de los menos cargados con respecto a proyecciones, la gala inaugural siempre otorga ese halo de lujo y glamour a la capital hispalense.

La lluvia, ese pasajero incómodo que siempre acompaña al SEFF debido a sus fechas sigilosamente frioleras, teñía el día inaugural, donde Vincent Lindon, flamante Premio al Mejor Actor en el Festival de Cannes, era homenajeado por el SEFF al otorgarle el Giraldillo de Honor. El actor, maniático pero gentil, repasaba su filmografía y de paso ayudaba a promocionar la película inaugural del festival, 'Une Vie', dirigida por un habitual compañero suyo durante su carrera, Stéphane Brizé, que trajo el año pasado una de las mejores películas del festival, 'La Ley del Mercado'.

Un día que, a parte del caos que han producido unas lluvias torrenciales, ha sido asfixiante a nivel de público. Colas eternas, tanto en taquilla para retirar abonos o sacar entradas como en la espera para acceder a las salas, más staff que en cualquier otra edición pasada y bastante medio acreditado para cubrir el evento, dan fe de que el SEFF cada año atrae más la atención y que su propuesta y catálogo es del gusto de la comunidad cinéfila, tanto a nivel local como nacional.

Señal de esto es que, para la alemana 'Toni Erdmann', teniendo dos salas donde se proyectaba, se ha colgado el cartel de no hay billetes a media tarde. Varios compañeros de prensa y una importante cantidad de asistentes se han quedado sin disfrutar de la cinta preseleccionada por Alemania para los Óscar, lo que ha motivado la necesidad de recuadrar el horario para recuperarla en próximas proyecciones.

Más suerte se ha tenido con la rumana 'Câini (Dogs)', un thriller rural que supone la segunda película de Bogdan Miricâ. El filme, en un intento por metamorfosear esa ley del más fuerte en la selva intentado demarcar un territorio, se estrella en gran parte por una historia donde las piezas no encajan. Se capta el mensaje y la intención de Miricâ, guionista también de la película, pero da la impresión de que sus elipsis condenan el argumento. ¿Acaso existe una precuela de 'Câini (Dogs)' que había que ver y no se ha avisado de ello?

Sus personajes se desarrollan de una forma anormal, como su antagonista, que toma decisiones cuestionables a nivel lógico, o como uno de los policías del relato, cuya motivación final es ajena a la ley que representa. Pero la palma se la lleva el protagonista, un personaje que no consigue transmitir realismo en su contención, y cuya resolución es una birria digna de echarse las manos a la cara. La película funciona mejor en las escenas de impacto que en los momentos de transición, con secuencias violentamente seductoras.

El primer día de esta XIII del Festival de Cine Europeo de Sevilla quizá no pase a la historia (sorry Mr. Lindon, no tiene nada que con usted), pero el hecho de que sea el primer día del evento más esperado del año por la ciudad sevillana en cuanto a cinefilia se refiere, ya vale su peso en oro. El sábado ya está aquí, mientras usted termina de leer estas líneas, con más proyecciones, más entrevistas, más encuentros y más movimiento. Sevilla en noviembre, además de no perder nunca su estrella de arte, es cine.

That's what I say.

Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_