'Frontera' - Sinama Singol
Un surtido bastante completo de clichés.
Eso es, básicamente y en resumen, esta película tan solvente en cualquier aspecto técnico como sumamente plana y unidimensional en lo argumental. Aunque puede que fuera esa la idea: Producir una película lo suficientemente obvia y previsible como para que nadie tentado por su condición se pudiera sentir molesto, ni mucho menos se ofendiese.
Dios no nos libre.
Si acaso los nazis, por descontado, los pobres nazis... pero los nazis son sólo nazis. ¿A quién le importan? ¿Acaso no son, simplemente, los malos de cualquier película? Y quien quiere decir los nazis, pongamos que también hablamos de los fachas. O tal vez de los franquistas, no vaya a ser que alguien confunda narrativa política con rigor histórico. ¿O era al revés...?
Sin más, 'Frontera' en una película que realza lo loable sin que lo loable resulte emocionante, interesante o sorprendente. Es un déjà vu, tan correcto como funcional en el que sus protagonistas caen en contradicciones porque sí, porque en esta rutina bélica cada uno cumple un papel, sin que haya por ahí un Hans Landa que infunda respeto o anime la función.
O cambie un compás de sobra conocido, porque en una historia de nazis sólo puede haber dos tipos de personas: Los buenos y los diestros. Por simplificar como hace 'Frontera': Una interesada lección de ficción con más clichés que vergüenza que tira por la vía del sensacionalismo evidente, y para con el ombligo de uno mismo, también, más condescendiente.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
