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'TRON: Ares' - Y relampagues

Vía El Séptimo Arte por 07 de octubre de 2025
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'TRON' es un fallido blockbuster bastante justito no exento de una serie de defectos a los que, además, el tiempo no ha tratado precisamente bien; hasta el punto de que sus logros visuales vistos hoy en día por cualquier irrespetuoso cinéfilo de nueva hornada pueden resultar hasta ridículos. Un filme que si bien pudo ser técnicamente importantísimo, innovador para su época y en la actualidad una merecida obra de culto conceptual, poco más que su interesante envoltorio puede ofrecer para salvaguardar su estatus de filme a considerar después de unos 43 años que han dejado obsoleto gran parte de su encanto...

En ese factor técnico era donde en gran medida 'TRON Legacy' encontraba su plena justificación y gozosa validez, sirviéndose de los oportunos avances tecnológicos para actualizar, y replantear un acabado técnico que lucía de forma magistral (también en 3D) durante sus muy distraídos 120 minutos de metraje. Puede que esto no hiciera de aquella una buena película per se... porque, tal vez, tampoco tuviera por qué serlo. Pero, una vez librados de prejuicios y gracias a entre otros Joseph Kosinski, Claudio Miranda o Daft Punk en poco deslucía un espectáculo y/o experiencia (audio)visual de muy grato visionado y recuerdo.

Incluso a pesar de CLU.

'TRON: Ares' se situaría en algún lugar entre medias de ambas películas. No es un espectáculo y/o experiencia tan apabullante o contundente como la de 2010, pero tampoco es un huevo Kinder que vaya a dejar con hambre a alguien con el estómago vacío. De hecho, 'TRON: Ares' es un blockbuster que como sugieren los dos puntos intercalados en su título, estaría un poco en medio. El clásico "medio-medio" industrial en el que se tiene tanto miedo a un extremo como respeto por el otro. Un blockbuster contenido, equidistante y tan buenista como ornamental que actúa como un Ferrari a 90 km/h por una autopista española. 

Si en su momento describí a 'Avatar' como "la carrocería del Batmóvil", esta 'TRON: Ares' sería como "la carrocería de un Ferrari": Un bonito envoltorio bajo cuyo capó, sin embargo, no encontramos el motor de un Ferrari... siquiera uno que le permita ponerse a 120 km/h como si ocurría con 'TRON Legacy'. Aún a pesar de Nine Inch Nails o de Jeff Cronenweth. Y es que ni Joachim Rønning es Joseph Kosinski, ni Disney tampoco parece muy por la labor... ¿de qué? De arriesgar, siendo que esta nueva secuela repite patrones que la mantienen en todo momento transitando por lugares seguros. Incluso a nivel (audio)visual.

El filme de 2010, estrenado un año después de 'Avatar', llegaba a los cines como un evento cinematográfico capaz de rivalizar con la película de James Cameron. Sin embargo, tras echar un vistazo rápido a la filmografía de uno y otro, parece obvio que Rønning aspira a ser la sombra de un Kosinski a quien si podríamos imaginar dirigiendo una secuela de 'Avatar'. El sucedáneo de andar por casa en el que se erigió tras 'Piratas del Caribe: La venganza de Salazar' y 'Maléfica: Maestra del mal', sendas superproducciones tan apañadas en lo estético como estandarizadas y normalizadas en todo lo demás con la venia de Disney.

La misma Disney de 'TRON: Ares', una explotación de la franquicia con la que, oh, sorpresa, un gran estudio no ha querido correr riesgos, en un ejercicio similar llevado a cabo con la cuarta y quinta entrega de 'Piratas del Caribe' respecto a las tres dirigidas por Gore Verbinski. Películas que en realidad no estaban mal y daban el pego, pero que habían costado una millonada y, sobre todo, venían precedidas por tres filmes de tanta gozosa personalidad y enjundia como los de Verbinski. El "downgrade" que dicen ahora era tan evidente como también puede ser ahora, con 'TRON: Ares' respecto a 'TRON Legacy'.

Una película en lugar de un evento. Aunque a decir verdad el "downgrade" no sea tan acusado o vejatorio como en el caso de 'Piratas del Caribe'. Hasta el punto de que el principal problema de 'TRON: Ares' no es ella en sí misma, sino 'TRON Legacy', y las expectativas que su mero recuerdo genera... y que no parece querer saciar, en una nueva secuela que carece de la preponderancia que le podría haber dado por ejemplo Lana Wachowski. Pero eso supondría correr riesgos como los de 'El destino de Júpiter' o 'Matrix Resurrections'. Y Disney no quiere correr riesgos... como sin ir más lejos, ya corrió en 1982.

Seamos justos: 'TRON: Ares' es tan solvente como poco desenvuelta, más no por ello sobradamente digna en casi cualquier aspecto. Pero sólo es "una simple película", según la consigna que la propia Disney podría haber dado. Importante caballero es Don Dinero, que puede comprar un bonito papel de regalo pero no el alma que 'TRON: Ares' ni amenaza con buscar. Un blockbuster que da el pego, se disfruta convenientemente frente a una gran pantalla y cuya contenida solidez estaría algo por encima de una media algo por debajo de lo que era la costumbre. Además, su muy logrado y exquisito CGI se siente real y no virtual.

Pero ni sorprende, ni emociona ni maravilla en alguna medida. No es una experiencia que se pueda vivir, sino más bien una suerte de bonito y entretenido déjà vu. Una simple película que da el pego... sin pegársela, ni pegársenos.


Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

 

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