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Día 7: Cine contemplativo, de calvos y de amigos que se enfadan

Vía SEFF por 14 de noviembre de 2025
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Con el antepenúltimo día de esta 22ª edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla llegó la lluvia, una que vuelve gris, incómodo y feo el clima, pero que es una estampa que colorea el SEFF todos los años y ya es una parte más de su identidad. El agua, eso sí, no cesó el empeño y las ganas de los espectadores en ir a las salas de los varios cines que conforman las sedes del festival, dejando otro día más imágenes de pasillos repletos de asistentes al certamen.

Igual que a mucha gente le gusta ver llover y estudia este fenómeno atmosférico con detenimiento, hay cineastas que entienden el cine como un objeto de análisis desde una postura formalmente observadora. Una de esa tipología de directores es Nastia Korkia, que usa este formato en su debut en el largometraje, titulado 'Short Summer'. Y se entiende por qué filma su película desde una contemplativa distancia. La directora ve la guerra como una amenaza merodeadora, capaz de perturbar la cotidianidad de cualquier entorno, como el de un verano en una Serbia de contexto bélico. Pero una cosa es comprender el motivo, y otra que la película rente en su visionado.

Cuesta un mundo aguantar unos planos tan largos y cuya existencia ya queda expuesta al poco de empezar la película. Y estos tampoco cuentan con una belleza excesivamente admirable que permitan recrearse al menos en el anclaje de la cámara para que la lente hable. La apuesta observacional aquí no consigue resistir la parsimonia de una narración parca, amargamente paciente y exageradamente olvidable. La Biennale de Venecia sí supo abrazarla y darle el premio a la Mejor Ópera Prima. Quizá los italianos, legendarios admiradores de la belleza, lograsen encontrar el reposo sobre el que la película pretende recostarse.

Es difícil encontrar originalidad a la hora de contar historias en la ficción. El cine acusa esta carencia de manera flagrante en los últimos años, y por eso 'Avant/Après', cinta de origen belga que rascó doble premio en el Festival de Karlovy Vary, supone un soplo de inventiva y creatividad en pleno año 2025. Ya era de hora de que el cine hablase de los calvos y de su Lourdes particular que es ir a Turquía a ponerse pelo. Manöel Dupont, el director de la obra, les dedica una historia que se cuenta más pretenciosa de lo que parece aconsejable.

Tiene un trasfondo muy sincero sobre el cinismo de la gente, concluyendo en una revelación que debía haber sido dolorosa, pero que, por esta decisión de dramatizar por encima de las posibilidades de la historia, termina cayendo en saco roto. Aquí pegaba una comedia chanante, una al estilo de Bruno Dumont, o incluso con el toque más erudito de Alexander Payne o de los Hermanos Coen. Sirva secundariamente como botón de pulso social sobre la Estambul de Erdogan, así como de un acercamiento cuasi documental hacia el tan popular proceso de injerto capilar que se lleva a cabo en tierras turcas.

Para cerrar el día, Gran Bretaña volvía a presentar sus siempre potentes credenciales con una película, en palabras de uno de los productores de esta, Dhiraj Mahey, "de primeras veces". Se trata de 'ISH', ópera prima de Imran Perretta, que cuenta la historia de dos jóvenes amigos que ven cómo su amistad se rompe por un control policial aleatorio en una Londres periférica donde la discriminación racial por parte de las autoridades está muy latente.

La película es hija de muchas obras del estilo, como 'El odio', 'Cuenta conmigo' o 'Close', y a su vez tiene una personalidad arrolladora, principalmente por cómo potencia su fotografía en B/N. Saliente de ese drama social británico tan brioso que el SEFF siempre abraza ('Just Charlie', 'Pin Cushion', 'County Lines' o 'Wildfire' así lo prueban), la cuestión racial es aquí tema relevante pero no dominante. Es el tratado de la amistad infantil, uno incompleto y a ratos atropellado, el que lleva la voz cantante. Cuesta explicar por qué la cinta nunca termina de sacudir y conmover como su potencial presupone, aunque no por ello la película deja imágenes memorables y de muchísima fuerza visual.

Sprint final del SEFF a falta de dos días para su clausura, con la esperada lectura del palmarés mañana sábado en torno a la media mañana. Se nota esto en la cara del festival porque a pesar de una asistencia importante de público, los pases de prensa y los compañeros acreditados van poco a poco dejando el certamen, resultando en una imagen que, por lógica, no deja de ser algo desalentadora. Todo lo bueno se acaba, esa máxima tan castigadoramente real. Quedan dos días, lo que significa que todavía queda alguna película por disfrutar.


That's what I say.

Por Jesús Sánchez Aguilar
@JesAg_


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