'Sirat' - Lo que peta: Trance (o no) en el desierto

Sé que he visto 'Lo que arde', la anterior película de Oliver Laxe. No recuerdo absolutamente nada de ella, pero tengo muy presente la impresión de su visionado: la de ser un coñazo, por decirlo así, sin subterfugios. Puede que con según qué valores cinematográficos nada desdeñables que hacen de ella una obra "interesante". Pero en líneas generales, un previsible... coñazo.
'Sirat' reafirma a Laxe como cineasta y autor, y supone sin duda un salto de calidad, siendo una obra (relativamente) igual de insulsa de una manera más inconsistente e inestable, pero al mismo tiempo, también, más rotunda. Y sobre todo, provocativa e indeleble. Por más que sobre ella siga sobrevolando la misma latosa sensación de "¿y todo este rollo para qué?" de 'Lo que arde'.
Normal, hablamos de un cineasta con una marcada personalidad. De claro cine de autor, alternativo y consecuente, siendo que quizá no se trate tanto que nos pueda gustar como de poder encajarlo. Cuestión de sensibilidad, o de gustos. No hay duda de sus buenas intenciones y maneras, de su originalidad o de su integridad. Pero cuesta entrar y mantenerse; y cuesta entenderla.
Quizá sea cosa mía, que tras una hora rozando la pesadez no pude evitar soltar una carcajada en el momento en el que filme, dramáticamente, se parte en dos. Cierto es que a partir de dicho momento 'Sirat' encuentra cierta gracia, aunque no sea esta la palabra más acertada. O tal vez sí... cuestión de sensibilidad, o de gustos. A lo mejor todo se resume en poder (o aceptar) dejarse llevar.
En que hay películas que no se explican, se viven (o se padecen en el intento). Entrar o no en trance, ya sea en el desierto o en otra parte. 'Sirat' cuenta con valores cinematográficos nada desdeñables que no evitan (o acentúan) que se trate de un filme quebradizo, y con una segunda mitad que mete al cinéfilo incauto en el apuro de no saber cómo calibrar la relación amor-odio.
Porque lo fácil sería amarla u odiarla, así, sin más; como tan fácil es despachar 'Lo que arde' con un simple "coñazo". Ya sea dejarse llevar (o perecer en el intento), lo que propone Laxe es algo más complejo y esquivo. Sobre todo, esquivo para quien no la ame ni la odie; para quien sea consciente en todo instante de que no es ni una película ni un viaje, sino todo lo contrario.
Es la relativa grandeza de 'Sirat', su singularidad. La de ser una singularidad, virtualmente única, desafiante y del todo inconfundible. Relativa, porque su condición, dejando de lado el sumo respeto que merece cualquier obra con el estatus de "singularidad", no va en paralelo con el disfrute, el impacto o la emoción. O tal vez, quién sabe, sea precisamente por eso mismo.
Porque a diferencia de, por ejemplo, 'Viaje de fin de curso: Mallorca', uno no tiene claro cómo se supone que debe reaccionar. Y eso, guste más o menos, resulta bastante estimulante, ya sea en el desierto o en cualquier otra parte.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
'Sirat' es una película que no deja indiferente. Sea para bien, para mal o que al final la valores en un punto medio compensando elementos que te han gustado bastante y otros que lo contrario.
Creo que es la típica que se presta, con tanta alabanza a un "pues no es para tanto, no entiendo tanto bombo" aunque también a un "es una maravilla, un viaje extraordinario, si le pides respuestas es que no has entendido nada". Pueden ser injustas ambas, pero me da especialmente "rabia" encontrarme con la segunda reacción a poco que digas nada en contra de ella. Y es que puedes admitir sus virtudes pero no caer presa de sus "engaños".
A nivel audiovisual es destacable, tanto en fotografía como en BSO y me alegra haberla visto en la gran pantalla o me habría decepcionado aún más. De más chaval sus giros e impactos me hubieran cegado más pero hoy en día "me empalmo" menos fácilmente y aún sintiendo un pellizco con ciertas escenas, se a la vez discernir si me están intentando "timar" pretenciosamente. Porque no todo se puede justificar con que "lo importante es el viaje" o "es algo místico y profundo como el Sirat y su leyenda". La experiencia no llega a ser ni de lejos tan inmersiva como para tirar de ese argumento. No es un '2001', no es un 'Enter the void'. Y por supuesto, sus momentazos son totalmente tramposos. Y al final, es un poco lo de "no culpes al karma ni al universo de lo que te pasa por gilipollas".
Y en su recta final tiene varios momentos que piensas "me van a dejar aquí colgado, van a saltar los créditos y se me va a quedar cara de tonto". Pero siguen pasando cosas. Hasta que al final, saltan los créditos y confirmas un poco tus temores.
Poco más se puede decir fuera de 'spoiler'...
Spoiler
- Lo de vivir supuestamente paralelos a una 3ª Guerra Mundial daba para mucho y más con el tono y personajes del film. Se queda en nada.
- Lo de la hija pues eso, que más da.
Pero aún con todo, soy capaz de ver sus virtudes y de reconocer un rato de enganche en la butaca con un viaje interesante por el desierto con un potente ritmo.
Nota: 5'5