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'Núremberg' - Ayer, hoy y siempre

Vía El Séptimo Arte por 25 de noviembre de 2025
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James Vanderbilt debutó como director en 2015 con 'La verdad', película que diez años después de su estreno confieso que tengo olvidada. Lo mismo que sospecho que dentro de diez años me pasará también con 'Cónclave', hacia la que aún en caliente, un año después, me acuerdo del debido respeto. El mismo que al parecer sentía en su momento por 'La verdad', por más que el nombre de James Vanderbilt me siga remitiendo al 'Zodiac' de David Fincher.

Y es que, obviamente, una película como 'Zodiac' destaca en cualquier CV. 'La verdad' no tanto, como puede que de no ser por su oportunismo 'Cónclave' tampoco lo hiciera. Al igual que esta última, 'Núremberg' también se presenta como una película oportuna, coincidiendo con el 80 aniversario del hecho real que recoge. Un hecho real que más o menos deberíamos conocer todos, pero que da la impresión que más o menos hemos olvidado la mayoría...

Y eso que hay cosas, como los nazis, que nunca pasan de moda. 

Pero uno no se puede acordar de todo. Y total, hoy en día, con un móvil en el bolsillo e Internet, no hace falta tener la Espasa. Google lo sabe todo. O al menos lo parece, y con eso nos vale. De igual modo que 'Núremberg' nos vale como sucedáneo de una clase de historia; como el muy entretenido sucedáneo de una clase de historia de la misma forma que 'Cónclave' era, la verdad, mucho más amena que mirar una chimenea a ver de que color salía la fumata...

'Núremberg', al igual que 'La verdad', destaca por el rigor y/o la apariencia de ese rigor que uno le exige a una crónica cinematográfica de clara compostura periodística mezclada con el taimado y elegante sensacionalismo de filmes como 'Cónclave'. Una mezcla que remite a la seriedad y solidez del Hollywood más sobrio y entonado. A esos filmes que sabían aunar un tema serio con un tratamiento tan respetuoso como grácil. Tan lúcido como trucado.

La historia, al fin y al cabo, la cuentan los ganadores. Y los nazis, por más que cineastas como Vanderbilt les traten como personas y no como monstruos, no dejan de ser... nazis. La excusa perfecta para hacerle sentir a uno bien: Porque da igual lo malos que podamos ser, que un nazi siempre lo habrá sido más. Algo que nos recuerdan a menudo películas como 'Núremberg' que da igual que no recordemos dentro de pongamos por ejemplo, diez años.

No es la película por la que recordaremos a James Vanderbilt. Tampoco a Rami Malek o a Russell Crowe. No nos acordaremos de "Los juicios de Núremberg" por ella. Como puede que tampoco nos acordemos de Joel Schumacher por 'Un día de furia', 'El cliente', 'Tiempo de matar' o 'Verónica Guerin'; películas quizá no muy valoradas hoy en día, pero que resisten el paso del tiempo gracias a su clasicismo artesanal, habilidad industrial y sobrio trabajo actoral.

Películas como 'Núremberg', enfocadas hacia su efectividad máxima: No hay escena que sobre o no aporte algo susceptible de ser tenido en cuenta por un jurado; no hay escena que no sume a una causa por demás meridiana. Películas muy sólidas, dignas y convincentes que puede que terminemos olvidando con el tiempo, pero que mientras están en pantalla lo pueden ser todo; y que de hecho, lo pueden seguir siendo cada una de las veces que las veamos.

Ayer, hoy y siempre.


Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

 

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