En su momento, en mayo de 2020, decía que la primera temporada de 'La unidad' podría ser un buen comienzo. Una primera temporada que en un mundo sobresaturado de ficciones televisivas y tiempo de sobra para ver muchas de ellas no suponía una gran diferencia. Como no la suponía el anterior trabajo de Dani de la Torre -'La sombra de la ley'- respecto a su notable ópera prima -'El desconocido'-, más no por ello dejaba de ser una obra igualmente apreciable.

"No suponía una gran diferencia", decía, porque su primera temporada, a pesar de vestirse de domingo en todo momento para orgullo y gloria de sus responsables, no dejaba de ser una más. Otra más de un pelotón formada por otras tantas buenas series a la sombra de otras, sencillamente, más y mejores. Un pelotón del que se escapa ahora con su segunda temporada, en apariencia, pero también en esencia y sobre todo en la práctica, mejor que la primera.

Más, y mejor. Tal y como suena, la segunda temporada de 'La unidad' mejora en todo a una primera a la que además ahora pone en auténtico valor. Desde su primer episodio, y hasta el último pasando por los cuatro de en medio. Ahora incluso su apariencia relativamente internacional adquiere un aspecto mucho más genuino y español. Hasta más cercano y humano, siendo que ahora parece incluso más hecha para los que estamos por aquí que para los de fuera.

Es una buena muestra de lo que hay, a la segunda: El mismo estupendo acabado audiovisual y la misma enérgica presencia, ahora aderezado por un argumento mucho más impredecible y que juega más (o mejor) al despiste. Ahora el objetivo son ellos, y ahora el suspense es más real y tangible. También los personajes, así como su narrativa se muestran más humanas y poliédricas dentro de lo que, no obstante, sigue siendo lo mismo de siempre.

Esto es, policías a la caza de los malos. Esto no cambia, por supuesto, aunque ahora la furgoneta no se empleé para atropellar a inocentes a lo largo de la calle Preciados. Llueve sobre mojado, y ahora la misma serie intachable de su primera temporada se hace mayor justificando su existencia con la mejor de las razones: La calidad de un trabajo bien hecho que teniendo en cuenta lo anterior, potencia sus virtudes al tiempo que minimiza sus carencias.

Así, en esta segunda temporada 'La unidad' se convierte en una serie más que notable que ofrece todo lo que cabe esperar de una continuación: Más y sobre todo, mejor. De la serie que ya habíamos visto (aunque tal vez no en español) pasamos a la serie de la que nos sentimos orgullosos, además de la que nos sorprende. De esta manera 'La unidad', en su segunda temporada, logra lo que no logró la primera: Cumplir con nota, y además, dar la nota.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex