70 Seminci - Parte VII
 
                
                Bienvenidos a la séptima de las crónicas que vamos a dedicar día tras día a la edición número 70 de la Seminci - Semana Internacional de Cine de Valladolid, la tercera que un servidor cubre para El Séptimo Arte.
'Sorry, Baby' - La puesta de largo de Eva Víctor es de una tibieza en apariencia algo ambigua y descomprometida que resulta tan sugestiva como deslucida. Su sinopsis menciona que a Agnes le pasó "algo malo". Pero que la vida sigue. Ese "algo malo" es una vuelta de tuerca a las narrativas sobre abusos sexuales de una manera anual no lineal con la que esquiva el tremendismo, sensacionalismo y/o los estereotipos habituales. Víctor se "desmarca" de la "institucionalización" -por así decirlo- de manera sutil y algo escurridiza. Lo que le da voz, voto y relieve como obra en sí misma es su abierta calidez tirando a grisacea sobre un tema que tiende a la bipolaridad. Una suerte de 'Caza de brujas' de andar por casa, mucho más cercana, humilde y empática que no pretende polemizar, aleccionar o polítiquear. Tan sólo recordarnos, con ternura y templanza, que toda causa empieza y acaba con personas de carne y hueso. *******
'Frontera' - Un surtido bastante completo de clichés. Eso es, básicamente y en resumen, esta película tan solvente en cualquier aspecto técnico como sumamente plana y unidimensional en lo argumental. Aunque puede que fuera esa la idea: Producir una película lo suficientemente obvia y previsible como para que nadie tentado por su condición se pudiera sentir molesto, ni mucho menos ofender. Si acaso los nazis, por descontado, los pobres nazis... pero los nazis son sólo nazis, ¿a quién le importan? ¿Acaso no son, simplemente, los malos de cualquier película? Sin más, en una película que realza lo loable sin que lo loable resulte emocionante o interesante. Es un déjà vu, tan correcto como funcional en la que sus protagonistas caen en contradicciones porque sí, porque en esta rutina bélica cada uno cumple con su papel sin que haya por ahí un Hans Landa que infunda respeto o anime la función. *****
'Magallanes' -
- ¿La policía sabía que los de asuntos internos le tendían una trampa?
 
- ¿Qué dice? Aquí nadie ha hablado de esas cosas.
 
- Es que si me aburro yo me las invento, mi capacidad de atención es reducida...
Estaba claro que 'Magallanes' no es una producción histórica del estilo a 'Sin límites'. Tan claro como que Lav Diaz no es Simon West, ni Simon West sería capaz de ser como Lav Diaz (y viceversa). El cineasta filipino presenta, con el respaldo moral y espiritual de Albert Serra en la producción, un críptico y místico relato sobre la épica de lo íntimo, o lo íntimo de la épica dividido en tres actos que retrata el descubrimiento del mundo por parte de Fernando de Magallanes, el amigo de Elcano, así como las tensiones políticas en Portugal y el viaje que marcará su descenso a la locura. Un relato mucho más desvariado, denso y recóndito que leer la Wikipedia, lectura simple y mundana de lo que Diaz más que narrarnos, nos sugiere mientras pasa de largo durante cerca de tres horas tras las que uno acaba deseando que Diaz fuera un poquito más como West... o que West fuera un poquito más como Diaz. ******
'La noche está marchándose ya' - Una película de fantasmas... sin fantasmas. Salvo los del cine, y de las salas de toda la vida; de la vida de toda la vida; de la vida que nos da una buena película; de los sueños que nos da una buena película. También, los fantasmas de un país, como prácticamente cualquier otro país que se enfrenta a un presente sin haber hecho las paces con un pasado que le impide mirar con optimismo el futuro. Puede ser Argentina, Estados Unidos o España; Milei, Trump o Sánchez. El siglo XXI se abre paso a codazos, incluso con vehemencia mientras ese mundo añejo y en blanco y negro, como lo retratan Salinas & Sonzini, es uno de esos vinilos gastados dando vueltas en un antiguo tocadiscos aún más gastado. Una visión romántica y utópica, ligera y entrañable en la que la ingenuidad y pureza del cine clásico norteamericano no sólo quita el hambre, también nos da la poca vida que nos queda. *******
Continuará...
Por Juan Pairet Iglesias
 
@Wanchopex







 
    



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